El radar en el desembarco de Normandía (3/4): el asalto de los paracaidistas

Aviones C-47 remolcan planeadores CG-4 a través de las playas de Normandía el 6 de junio de 1944. Los C-47 utilizaron el extraordinario sistema de transpondedor de radar Rebecca-Eureka para encontrar las zonas de lanzamiento. El mal tiempo retrasó a los soldados y partisanos que llevaban las balizas Eureka, por lo que muchos planeadores y paracaidistas aterrizaron en lugares equivocados

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Los flancos del desembarco fueron cubiertos por tropas de paracaidistas y planeadores, que descendieron al amparo de la oscuridad en las horas inmediatamente anteriores a los desembarcos en las playas. Los lanzamientos sólo fueron posibles gracias a los importantes avances de los Aliados en tecnología electrónica y en especial, en radar. Se utilizaron tres sistemas específicos que tendrían una enorme repercusión: el sistema de navegación GEE, utilizado para la aproximación precisa a las zonas de lanzamiento, el radar de ayuda a la navegación SCR-717, que permitía observar los detalles geográficos del lugar previsto para el lanzamiento de los paracaidistas y el sistema de balizamiento Rebecca (AN/APN-2)―Eureka (AN/PPN-1), en el que las balizas de radar Eureka fueron instaladas principalmente por tropas de la resistencia francesa y por paracaidistas lanzados en misiones de avanzada. Eureka permitía al operador transmitir señales a Rebecca, proporcionando así información esencial sobre la situación exacta de la baliza o el viento local, entre otros datos clave.

1. Detalle de los sistemas empleados por los paracaidistas

1.1 Sistema de ayuda a la navegación GEE

Era un sistema de navegación diseñado para guiar a los bombarderos de la RAF. El sistema podía dar posiciones con una precisión de unos pocos km de noche y con mal tiempo, aunque era susceptible de ser interferido. Utilizaba una cadena de estaciones emisoras situadas a lo largo de la costa británica para generar unas señales de orientación, que los navegantes recibían en los aviones. Los responsables del equipo analizaban la diferencia de tiempo existente entre la recepción de las diferentes señales y trasladaban esa información a un mapa, que permitía obtener de manera muy precisa la posición del avión en cada instante; es un procedimiento similar a la triangulación.

Izquierda: ejemplo que ilustra el funcionamiento de GEE: el piloto está cruzando la costa enemiga cuando la relación de las señales de los transmisores A y B es de 10:7. Los transmisores C y D darán una relación de 11:13 cuando el avión esté sobre el objetivo. Derecha: Fotografía aérea tomada a baja altura de una estación GEE móvil operando en un campo de Holanda. Estas estaciones de avanzada proporcionaban cobertura GEE en el interior de Alemania, así como señales de guía para los aviones que regresaban a las bases en Holanda

1.2 Radar SCR-717C

Este sistema era un radar de navegación de frecuencia de microondas que podía ver costas, ríos y ciudades. Un gran radomo montado en la parte inferior del fuselaje de los aviones de transporte C-47 albergaba la antena parabólica giratoria que emitía las ondas de radar, que se reflejaban en el terreno. De esta forma, el operador del equipo veía los detalles del terreno alrededor del avión.

Un C-47 equipado con el radar SCR-717 para ayuda a la navegación

1.3 El sistema Rebecca-Eureka

Este equipo fue desarrollado originalmente por los británicos; consistía en un transmisor Rebecca situado en la aeronave y una baliza Eureka localizada en tierra, colocada por equipos de paracaidistas de avanzada, que habían llegado a las posiciones prefijadas para los lanzamientos con antelación (también los instalaron miembros de la resistencia). La baliza actuaba como un transpondedor, proporcionando no sólo orientación direccional, sino también información sobre la distancia. Rebecca calculaba la distancia hasta el Eureka basándose en la sincronización de las señales de retorno y en su posición relativa. El nombre «Rebecca» procede de la expresión «Reconocimiento de balizas (recognition of beacons)». El nombre «Eureka» procede de la palabra griega que significa «¡Lo he encontrado!».

Arriba: imagen obtenida del manual de entrenamiento del conjunto Rebecca/Eureka. Abajo: Antena Yagi para el transpondedor Rebecca, instalado en el lateral del morro de un B-24.

Una baliza Eureka AN/PPN-1

2. Las complicaciones del Día D

Poco después de la puesta de sol del 5 de junio, veinte aviones C-47 empezaron a salir de los aeródromos británicos para sobrevolar las zonas de lanzamiento en la península de Cotentin y entregar a los equipos de avanzada las balizas Eureka, que conectaban nada más llegar a tierra, en un breve plazo de tiempo de 10 min. Después, treinta C-47 precursores se dirigirían a las balizas ya instaladas, guiando a las formaciones principales de 824 C-47 y 105 planeadores CG-4, que transportaban aproximadamente 15.000 paracaidistas estadounidenses. Las zonas de lanzamiento y las rutas de entrada y salida se seleccionaron en áreas donde no había concentraciones significativas de fuerzas alemanas ni cañones antiaéreos. No obstante, no todos los lanzamientos tuvieron la precisión deseada, debido a una diversidad de causas, lo que provocó que algunas de las zonas de lanzamiento tuvieran una dispersión de los paracaidistas mucho mayor de la esperada.

Afortunadamente, la enorme inversión técnica en los tres sistemas de navegación dio sus frutos, ya que los treinta C-47 de guía que lideraban la formación pronto se dieron cuenta de que había balizas Eureka mal colocadas, que les estaban desviando del rumbo previsto, lo que pudieron deducir basándose en las discrepancias sobre la naturaleza del terreno que les indicaban los visores del radar SCR-717C. Debido a esto, sólo 150 de los 824 aviones C-47 integrantes de la fuerza principal, lanzaron sus paracaidistas siguiendo la guía Rebecca-Eureka. El resto de los aviones lanzaron a sus paracaidistas con buena precisión gracias a la ayuda de la guía proporcionada por el sistema GEE.

Bien fuera gracias a Rebecca-Eureka, a GEE o al SCR-717C, la mayoría de los lanzamientos (alrededor del 75%) se produjeron en los lugares previstos, que resultaron suficientes para cortar Cherburgo y asegurar con éxito el flanco izquierdo de las playas de desembarco. Esto sólo fue posible con la ayuda de los científicos e ingenieros que contribuyeron a garantizar que los Aliados dispusieran de una ventaja abrumadora en capacidades electrónicas. Aunque los alemanes resistieron eficazmente en los setos de Normandía durante las semanas siguientes, los desembarcos aerotransportados demostraron que hacía tiempo que habían perdido la batalla por el espectro electromagnético.

En el próximo artículo, último de esta serie, veremos el papel jugado por el radar una vez que se produjo el desembarco.

Publicado por Ignacio Mártil de la Plaza

Soy Doctor en Física (1982) y Catedrático de Universidad (2007) en el área de Electrónica. Realizo mi actividad docente e investigadora en la Universidad Complutense de Madrid, de carácter marcadamente experimental, en el campo de la física de los semiconductores. Soy especialista en propiedades eléctricas y ópticas de estos materiales, así como en dispositivos electrónicos y opto-electrónicos basados en ellos, siendo mi principal objetivo en la actualidad el estudio de conceptos avanzados en células solares. Mi trabajo científico se concreta en los siguientes indicadores principales: soy co-autor de más de 160 artículos científicos publicados en revistas de alto impacto de ámbito internacional; he presentado más de 100 Ponencias en congresos internacionales; he participado y participo, como Investigador Principal o como miembro del equipo investigador, en 25 proyectos de investigación financiados con fondos públicos en concurrencia competitiva; he dirigido 7 Tesis Doctorales; finalmente, soy evaluador de publicaciones (“referee”) de 15 revistas científicas internacionales. Fuera del ámbito académico, tengo un blog personal de divulgación científica en el diario Público, (“Un poco de ciencia, por favor”); soy colaborador de El País, OpenMind, El Confidencial, El Periódico de la Energía, etc. En las Redes Sociales, tengo perfiles en Instagram, Twitter, YouTube y Facebook, en este último caso, con más de 775.000 seguidores.