https://blogs.publico.es/ignacio-martil/2021/12/27/por-que-importa-la-divulgacion-cientifica/
A lo largo de su trayectoria ha desarrollado nuevos modelos, para prácticas de laboratorio, de caracterización experimental de semiconductores y dispositivos electrónicos, que han tenido amplia acogida en revistas internacionales de impacto. ¿Podría resumir algunos aspectos de este trabajo y explicar su importancia para la sociedad?
Lo primero que quiero destacar es que mi trabajo es y ha sido un trabajo en equipo. Sin mis compañeros de grupo, sin su excelente capacidad de trabajo y sin el magnífico ambiente que reina en mi grupo, poco de lo que he podido llegar a hacer habría sido posible.
Dicho esto, algo que quiero destacar es que desde muy temprano en mi actividad como docente e investigador me propuse un objetivo: trasladar a la docencia los avances científicos alcanzados a lo largo de toda mi trayectoria profesional. Nuestros laboratorios de enseñanza no tienen nada que ver con los que me encontré siendo estudiante, afortunadamente. Todo eso ha sido una labor callada de años por parte de multitud de colegas que han dedicado y dedican lo mejor de ellos a renovar y construir unos laboratorios acordes con los tiempos que vivimos, pero sí que echo en falta un mayor interés por parte de los estudiantes por los aspectos prácticos de las materias que cursan. Motivarles mediante prácticas novedosas y llamativas es una buena forma de revertir esa tendencia. En ese sentido, creo que ahí he hecho unos aportes francamente interesantes. Unos estudiantes bien formados en los fundamentos teóricos y bien entrenados en bregar con lasdificultades de un laboratorio, es decir, de la realidad, serán sin duda unos excelentes profesionales, de los que todos nos beneficiaremos.
Sus aportaciones a la divulgación se han vertido en libros, páginas web o colaboraciones con medios de comunicación, y en temas tan relevantes como la microelectrónica o la energía solar. ¿Podría detallar algunas de sus contribuciones en este ámbito y de cuáles se siente especialmente satisfecho?
Los científicos que hacemos divulgación, la hacemos donde podemos, que habitualmente se traduce en donde nos dejan. Afortunadamente, a mí me dejan en bastantes sitios, de los que quiero destacar especialmente OpenMind, la web de ciencia de la Fundación BBVA, donde recibo un trato exquisito. Además de los artículos que he publicado allí y en otros blogs, estoy especialmente contento de mis tres libros:
Microelectrónica. La mayor revolución silenciosa del siglo XX
Energía Solar. De la utopía a la esperanza
El radar en la historia del siglo XX. Una de las armas decisivas de la segunda guerra mundial
Los dos primeros están teniendo una acogida estupenda, habida cuenta del escaso eco que esta clase de publicaciones tiene en nuestro país. El primero ya va por su segunda edición y el segundo, a pesar de haber visto la luz en plena pandemia, lleva un buen número de ventas. La experiencia con ellos ha sido tan enriquecedora que ya estoy trabajando sobre otros proyectos. El tercero saldrá publicado en mayo.
También quiero decir que, en el mundo en el que vivimos, la divulgación científica sería poco menos que imposible sin la presencia en las redes sociales. Ya sé que las RRSS tiene multitud de carencias, de limitaciones y de “pegas”, pero en mi caso, sin ellas no habría podido llegar a la cantidad de ciudadanos de numerosos países que hoy en día están al tanto de mi trabajo de divulgación. Quisiera destacar que en Facebook tengo más de 790.000 seguidores, lo que da idea del interés que suscitan mis artículos divulgativos.
¿Qué le llevó a interesarse por la divulgación en ciencia y por qué le parece importante que el conocimiento llegue a toda la sociedad?
Desde muy joven me ha interesado tratar de expresar en un lenguaje más universal lo que he ido sabiendo y aprendiendo como docente y como investigador.
¿Por qué es importante que el conocimiento llegue a toda la sociedad?
Carl Sagan, el gran astrofísico y mejor divulgador decía que “vivimos en una sociedad totalmente dependiente de la ciencia y la tecnología, en la cual prácticamente nadie sabe nada acerca de la ciencia o la tecnología”. Esta es una triste realidad, cuyas consecuencias pagamos casi a diario
Siendo más concreto, creo que hay varias razones que hacen la divulgación muy importante:
1.- Es esencial que los científicos expliquemos lo que hacemos, pues de esa forma ayudaremos a hacer entender por qué nuestra vida cotidiana es tan diferente de lo que fue la de nuestros padres y abuelos y porqué invertir en ciencia es crucial para construir un mundo mejor.
2.- Cuando pienso en el futuro que aguarda a nuestros hijos, me surgen diversos interrogantes: ¿qué mundo van a heredar?, ¿seguirán viviendo en un país que nunca ha hecho una apuesta decidida por la ciencia y por la innovación? Siempre que pienso en esta cuestión me viene a la cabeza aquello del “cambio del modelo productivo”, que tanto se invocó al comienzo de la Gran Recesión en 2008. Más de una década después, y ante las amenazas que se ciernen sobre el mundo postpandemia, no sé en qué ha cambiado ese modelo, si es que lo ha hecho. ¿No hemos aprendido nada de la pandemia? Ha tenido que venir un cataclismo para que la ciencia reciba la financiación adecuada, fruto de la cual, en menos de un año hemos tenido las vacunas, un éxito sin parangón.
Tal vez (solo tal vez) dando a conocer a amplias capas de la población lo que la ciencia puede hacer por mejorar nuestra vida, sería posible iniciar ese anhelado cambio. Es decir, considero la divulgación como una tarea permanente, casi diaria y no como algo que haya que hacer únicamente en ocasiones especiales.
Se da una curiosa paradoja en nuestro país: de una parte, los científicos somos una de las profesiones mejor valoradas por la ciudadanía, pero de otra, la cultura científica de la sociedad brilla por su ausencia. La única manera de lograr que se valore la ciencia es lograr que la sociedad sepa lo que hacemos los científicos.
Por resumir: sin ciencia no hay futuro y sin divulgación de la ciencia, es la ciencia la que no tiene futuro.
¿Cuáles son las claves para hacer comprensible la ciencia al público general?
Desgraciadamente, la comunicación científica en España es manifiestamente mejorable y en gran medida, los culpables somos nosotros. Buscar a ciegas en Google, en general, no suele ser la mejor opción, pero es un recurso frecuente entre la ciudadanía cuando trata de averiguar detalles sobre alguna noticia científica, porque habitualmente o los científicos estamos desaparecidos, o el interés de los medios de comunicación por la ciencia es residual. Una de las claves para revertir esta situación es utilizar un lenguaje que todo el mundo entienda. Es decir, sin perder el rigor que todo conocimiento científico implica, siempre (o casi) es posible “traducir” nuestro lenguaje específico a otro más universal. Divulgar no es trivializar, pero sí es traducir. Eso de “La teoría de la relatividad como se la contarías a tu abuela” no es divulgación, es otra cosa que prefiero no calificar
Si la sociedad estuviera bien informada sobre lo que hacemos y sobre la repercusión que tienen nuestros trabajos, tendría otra percepción de la ciencia y de su utilidad. Y esta es una tarea que debe ser colectiva, no de individuos que la hacen en sus ratos libres, es decir, hay que llegar a la sociedad desde las instituciones. En ese sentido, quiero destacar las iniciativas de la RSEF y la Fundación BBVA o la de la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco.